Este jardín de 4 hectáreas, muchas veces casi desértico, ha sido restaurado recientemente y redescubierto lentamente por locales y visitantes. Si ya has estado en Florencia y deseas volver o si estás interesado en visitar las joyas ocultas de esta hermosa ciudad, ¡el Jardín Bardini es la opción perfecta para ti! En una hora puedes visitar todo el jardín y estamos seguros de que calmará tu alma.

Deberás aventurarte por el Oltrarno para encontrar las dos entradas del Jardín Bardini que se extiende sobre una gran área de colinas desde las laderas de Piazzale Michelangelo hasta Arno, cerca del Ponte alle Grazie. Además, un “paseo verde” único conecta este parque con Forte Belvedere y los Jardines de Boboli con Palazzo Pitti.

Los orígenes del jardín Bardini.

Originalmente, el Jardín Bardini era un huerto frutal, porque tenemos que imaginar que en la Edad Media medieval un jardín se usaba principalmente por una razón práctica más que por una decorativa, y que fue solo durante el Renacimiento cuando la palabra “jardín” adquirió el significado que tiene hoy.

Al principio, este jardín pertenecía a la familia Mozzi, como se testifica en un documento del siglo XIII, y estuvo en propiedad de la misma familia hasta 1880.

A lo largo de los siglos, el Jardín Bardini ha sido decorado con estatuas y flores y a principios del siglo XIX, la familia Mozzi también adquirió la “Villa Manadora” adyacente con su hermoso parque que Giacomo Le Blanc y lo transformó en un jardín inglés con bosques. Caminos sinuosos, estatuas, fuentes y un pequeño edificio para el Kaffeehaus.

Después de la muerte del último descendiente de la familia, Carolath Benten compró el jardín y adquirió un aspecto más “victoriano”. En 1913, el anticuario Stefano Bardini compró el complejo del Palazzo Mozzi, la Villa Manadora, el jardín barroco e inglés, así como algunas tierras de cultivo; a los cuales se le realizaron una serie de importantes renovaciones y cambios.

Construyó una avenida para llegar a la villa y sacrificó los jardines medievales amurallados que aún existían, lo que desafortunadamente provocó la pérdida de los aspectos medievales, incluso así pudo crear un jardín encantador para explorar.

Después de Stefano, la propiedad del Jardín Bardini pasó a su hijo Ugo, pero después de su muerte en 1965, ya que no había herederos, fue adquirida por la ciudad de Florencia después de un largo proceso burocrático que duró más de treinta años. Gravemente dañado por el largo abandono, el jardín fue completamente restaurado desde principios de la década de 2000.

La parte más interesante sigue siendo la gran escalera barroca que culmina con un belvedere escénico desde el que se puede disfrutar de una vista espectacular de toda la ciudad.

Los aspectos interesantes

Después de un proyecto de restauración masiva, el Jardín Bardini se reabrió al público, y aquí puedes encontrar camelias, rosas, azaleas de colores brillantes, viburnos, lirios y 60 variedades de hortensias, junto al jardín con una amplia colección de árboles frutales típicamente toscanos.

Sin lugar a dudas, la parte más pintoresca del jardín sigue siendo la gran escalera barroca (construida en el siglo XVII) y el Túnel Wisteria, que conducen al Kaffeehaus y al restaurante con una terraza panorámica desde donde se puede disfrutar de una vista espectacular de la ciudad. La “Logia Belvedere” fue una creación de Stefano Bardini, quien amplió los dos pequeños edificios Kaffeehaus que los unen utilizando pilares de arenisca de Pistoia.

En la parte superior del jardín se encuentra la “Fontana del Drago”, junto con un jardín anglo-chino con un canal que corre a lo largo de un lado. El canal es una de las características distintivas del jardín Bardini, porque la presencia de un canal es bastante singular en los jardines florentinos.

El Jardín Bardini fue incluido por la European Garden Heritage Network (EGHN) en sus jardines seleccionados para visitar en Europa.

La filosofía de  Another Florence es promover el concepto de turismo sostenible, por esta razón, nuestros guías pueden brindarte algunos consejos para encontrar las joyas ocultas de Florencia como el jardín Bardini.

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